La obra lexicográfica de Ricardo Palma, 120 años después
La Academia, en cosas de América, desbarra casi siempre.
El tradicionista – no tradicionalista- don Ricardo Palma también desarrolló obra como diccionarista o lo que es lo mismo como lexicógrafo. Dos libros son capitales para entender esta faceta del creador del género literario de la tradición: Papeletas lexicógraficas de 1903 y Neologismos y americanismos de 1896. En este ensayículo nos ocuparemos de una lectura contemporánea de esta última, 120 años después de su publicación.
1) Antecedentes y contexto
Desde la primera edición a mediados del siglo XVIII del Diccionario de la Academia se incluyeron voces, significados o frases propias del español de hispanoamérica (americanismos) o en su virtud la creación de aquéllas (neologismos), pero solo es hasta 1925 que los americanismos alcanzan un 40% del total de las entradas. Sin embargo, desde fines del siglo XIX, el tradicionista por antonomasia, había abogado por la inclusión de voces americanas ante la RAE en una serie de 24 sesiones celebradas todos los jueves desde octubre de 1892, tras una invitación que le hizo la Corporación matritense (léase RAE) por motivo del IV Centenario del Descubrimiento de América.
“La ley de las mayorías o sea el criterio democrático […] debe dominar también en la república de las letras […] Las Academias equivalen a los Congresos, y deben dictar sus constituciones y leyes (digo sus diccionarios y gramáticas) teniendo en cuenta las costumbres del pueblo, el natural espíritu de progreso, y sobre todo el uso general “. Para Palma la importancia del uso impuesto por la mayorías debería ser suficiente para que la Academia acepte una serie de vocablos que millones de hablantes usaban en América o Latinoamérica, tal postura tuvo defensores a ilustres españoles como Benito Peres Galdós y Miguel de Unamuno, y detractores
-ilustres también aunque olvidados- como Emilio Castelar. El insigne escritor nacido con el nombre de Manuel sostenía también que el vocabulario del español debería ampliarse irrestrictamente y por el contrario la sintaxis necesitaría fronteras: “ El espíritu , el alma de los idiomas, está en su sintaxis más que en su vocabulario. Enriquézcase éste y acátese aquélla, tal es nuestra doctrina.”
Antes de su llegada a España, Palma estaba convencido de que las voces que iba a proponer serían aceptada sin miramientos, sin embargo otra fue la historia. Según se lee en las actas de reunión, Palma se sintió muy contrariado y ofendido porque la Academia oficial no aceptaba las recomendaciones que provenían de la su correspondiente en Perú:
“La negativa de esta Corporación sería indicio de que la Peruana carecía de influencia y autoridad”
En el acta de otra sesión, leemos: “El Sr. Palma repitió su aseveración de que en América usan treinta millones de personas el verbo Presupuestar , y manifestó resueltamente que la Academia Española rechazando este neologismo daría motivos a que se disolviese la peruana” (Dicho sea de paso, aquel verbo fue defendido por Palma hasta su muerte, mas no fue aceptado en el DRAE mientras vivía.)
Tal desazón provocaría , efectivamente, el cierre temporal de la Academia Peruana de la Lengua , como lo habían hecho algunas otras en América por el mismo motivo. En una carta que Palma le envía al destacado escritor español del ottocento, Benito Peres Galdós , recordaba como fue su mala experiencia con la Española: Cuando […] mi Gobierno me honró confiándome la representación del Perú en los Congresos del Centenario de Colón, acepté sólo halagado con la idea de que no me sería difícil unificar a españoles y peruanos en cuestión de lenguaje. ¡Valiente chasco me llevé! No oculto a usted que regresé muy descontento de una corporación tan intransigente y tan aferrada al pasado.
Propuso en su visita a la Academia una docena de vocablos (iba a proponer más de 300) pero no fueron tomados en cuenta, a raíz de eso publicó su Neologismos y Americanismos en el cual fueron aprobados –afortunadamente, y para beneplácito de Palma y América- más de un tercio (141) de las 450 propuestas, aproximadamente, en la décimotercera edición del DRAE en 1899 ad portas del siglo 20.
2) Neologismos y americanismos
En la actualidad -proporcionalmente hablando – figuran en la última edición del Lexicón oficial (DRAE) alrededor de las cuatro quintas partes de las propuestas en Neologismos y americanismos, es decir un 80% del total. Por consiguiente, desde que Palma alegróse con la aceptación de la tercera parte de sus propuestas, hoy estaría más que doblemente satisfecho.
Ochenta y ocho propuestas -entre vocablos, acepciones y frases- en dicha obra no figuran en la edición del Tricentenario, la última, la vigesimotercera de la RAE. Pasaremos a rescatar lo que ha mi juicio son más significativos [Todas las definiciones son textualmente descripciones de Palma]:
Arranquitis.- La pobreza extrema, la miseria. Padecer de arranquitis crónica, dícese por quien no tiene probabilidad de mejorar su mala situación.
Cachuar .- Bailar cachua. [similar es zamacuequero: persona diestra en zamacueca]
Carimbar.- Marcar a los esclavos.
Chingado,a .- Adjetivo que, en México y las repúblicas centro-americanas, equivale al chiflado de España.
Chuchumeco,a .- La ramera o mujer de vida alegre. El que frecuenta trato con chuchumecas.
Cunda.- Persona alegre, ingeniosa, traviesa, jaranista.
Cundería.- Asociación de mozos cundas.
Coronelato.- Así llamamos al empleo de coronel, como generalato al de general. La Academia exige que se diga coronelía.
Esclavatura.- El conjunto o colectividad de esclavos que, en América, poseían los acaudalados. En la definición que de esclavitud da la Academia no cabe la de esclavatura.
Guaragua.- Contoneo, movimiento lascivo, gracia en el andar, sandunga, rodeo para contar algo o practicar una acción.
Literatear.- Ensayarse en escribir para el público, ocuparse en literatura sin gran competencia para ello.
Pisco.- La tinajuela de barro en que el productor vende el aguardiente.
Piquín.- El novio, el galancete de una joven.
Planchado.- Estar planchado es no tener ni un centavo en el bolsillo. Falta en el Diccionario esta locución americana.
Timbirimbero.- El que acude a las timbas o timbirimbas.
Tutuma.- La cabeza. Ser duro de tutuma, ser torpe, sin entendederas.
Figuran, a su vez, otros vocablos relacionados con la necedad o tontería como candelejonada, despapucho, enflautada. U otras vinculadas a la insignificancia como chamelicos y maritatas.
A pesar de que la lista no se encuentra en el actual Diccionario, muchos de ellos figuran en el descriptivo –y no normativo- Diccionario de Americanismos de 2010.
Por otra parte, todas aquellas que la Academia aceptó en 1899 siguen teniendo vigencia en la actual edición del DRAE, a excepción de cuatro:
a) Absolvente: En nuestro lenguaje jurídico designamos con esta voz al que absuelve posiciones. La Academia trae, como anticuado, el vocablo absolviente, y ha olvidado considerar absolvente.
b) chuquisa: (del quechua) moza alegre.
c) ocosial: (del quechua) Terreno húmedo que se deprime y en el que hay alguna vegetación.
d) orificador: Pequeña herramiento que sirve para orificar [Orificar: Llenar con oro la picadura de una muela o diente]
Estos vocablos no figuran en el oficial Diccionario de Americanismos.
Sería despropositado mencionar una a una, las más de 400 voces del libro en cuestión , así que sólo nos limitaremos a listar y clasificar
aquellas que son de uso corriente con excepción de los tecnicismos:
Interjecciones y preposición: Guá!, Caray! y ante
Adjetivos: Acholado; andino,a ; bienintencionado; concienzudo,a ; embrionario,a ; financiero,a ; medioeval; oportunista ; rabudo.; desapercibido; prestigioso,a.
Verbos: Acaparar, agredir, dictaminar, hostigar, irrigar, linchar, clausurar, machetear, sensibilizar, suvencionar, tramitar, victimar, diagnosticar, democratizar, editar, encarpetar, fregar, hospitalizar(se), hostigar, resondrar, presupuestar, amordazar, desvestirse, escobillar, nacionalizar, politiquear.
Sustantivos: Acápite, aplomo, boleto, boletería, cachimbo, cancha, cachetada, carátula, chaquira, charango, fusilamiento, garúa, huaca, huaco, humita, mucamo,a; paco, patriotería, personalidad, picaflor, refranero, rifle, quena, tradicionista, totoral, yaraví, yacimiento, zamacueca, sinvergüencería, chuño, choclo, chuchoca [chochoca], chupe, churrasco, huacatay, platudo, destinatario, editorial, oportunista, panca, preciosura, revancha, tatuaje, vividor.Tecnicismos: Burocracia, orografía, ictiología , micrografía, personería, multípedo, numismatografía, pedimano, oclocracia, palingenesia, fotograbado, yanacona, curaca, cablegrama, neología. (Estas , naturalmente, no son de uso común , pero creo que valen la pena mencionarlas. De aquellas que no figuran en el Diccionario oficial, sus significados pueden ser consultados directamente de la bibliografía colocada al final de este artículo.)
3) Precisiones de Palma y otras curiosidades
Con los adjetivos quisquilloso y escrupuloso se refiere Palma al gran lingüista decimonónico de Venezuela José María Baralt (1810 -1860), con quien coincide en la inclusión de los verbos clausurar y democratizar, mas no con el adjetivo refractario,a ni el sustantivo finanzas. Sobre éste la réplica de Palma no esperaría: "Diga lo que dijere el señor Baralt, este galicismo se ha impuesto en América y hasta en España. No se lo podrá echar de casa."
Palma llamó la atención a la Academia por 2 vocablos de origen quechua mal escritos: Jora lo escribían como sora; cacharpari, como cachazpari. Otro quechuismo resulta que no estaba mal escrito sino mal definido, es el caso de anaco: "La Academia dice que es un peinado de las indias de Sudamérica. La definición académica es errónea. El anaco es la pollera o la falda que usan las indias."
Para la voz gauchaje, la cual también definieron mal, Palma se lamentaría: "La Academia en cosas de América desbarra casi siempre".
Limpia, fija y da esplendor es el lema de la RAE, la cual mantiene desde su creación. El verbo presupuestar no fue admitido mientras Palma vivía, no obstante, aprovecharía para ironizar finamente en la entrada correspondiente de la siguiente manera: "La Real Academia, por mucho limpiar y mucho fijar, está haciendo del habla castellana una lengua pobre, casi litúrgica (...) el léxico español se parece a las camisas de algodón, mientras más se lavan más se encogen." [Las negritas son propias]
He aquí para finalizar este acápite , otras chispeantes observaciones hechas por Palma a la RAE:
Independizar.- Desde que nos independizamos de España tiene vida este verbo insurgente, así como su reflexivo independizarse, sin que americano alguno, docto o indocto, se cuide de averiguar si está o no en el Diccionario.
Tradicionista.- El que relata o escribe tradiciones populares, cosa muy distinta del tradicionalista que la Academia define. Y no me digan que abogo en causa propia al apuntar el vocablo. A nadie que yo sepa, se le ha ocurrido hasta ahora decir o escribir el tradicionalista Ricardo Palma. [¡Si leyera hoy en día La República o El Comercio!]
Usual.- Entre otras acepciones de esta voz, trae el Diccionario la de: "Aplícase al sujeto sociable y de buen genio". Perdone la Academia; pero nunca hemos oído decir: Don fulano es un caballero muy usual.
Escobillar.- Entiendo que la escobilla sirve para escobillar. La Academia no trae este verbo.
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ADENDA:
Como comenzamos diciendo, su inofensiva chifladura lexicográfica -como él mismo diría- no se limitó a esta obra sino que propuso muchas otros americanismos y neologismos, en total 2700 , en sus Papeletas lexicográficas algunos años más tarde. Palabras -hoy por hoy- de uso cotidiano y técnico como acólito, ajedrecista, alcoholizado, analfabeto, anticucho, anticuchero, carretillero, criminólogo, criminología, cocacho, conferenciante, constitucionalmente, chueco, darwinismo , darwinista, dificilísimo, egolatría, epidemiología, exasperante, eyacular, ginecólogo, humorista, ilusionarse, lisura, lúcuma, manganzón, picaronero, picantería, provocativamente, quechua, refutable, reportaje, susceptible, tuteo, zapateo, feminismo...
…. a pesar de que Palma era antifeminista. Pero en fin... Al menos, la totalidad de la lista figura en la actual edición del Tricentenario o en el Diccionario de Americanismos.
Los vocablos mencionados arriba -y más arriba- son sólo una muestra de la vigencia que tiene la obra lexicográfica de don Ricardo Palma (que dicho sea de paso, y ya para acabar, fundó la Academia Peruana de la Lengua, por si no lo sabían) no tan sólo en el Perú sino en América, pero analizar in extenso las Papeletas merecería otro artículo.
“Espero que mi patria esté satisfecha de mí. Dejo en España, sin fatuidad sea dicho, bien puesto el nombre peruano” , escribiría a uno de abolengo miroquesadiano en una carta en su reciente llegada a España. Sus aportes invaluables al léxico español son una muestra palmaria de su inerrancia.
BIBLIOGRAFÍA PRINCIPAL:
Palma, Ricardo. Neologismos y americanismos . Lima, 1896