La Lolita sesentañera de Vladímir Nabókov
Cuando Vargas Llosa se ocupó brevemente de la polémica novela nabokovniana Lolita, ésta ya era una treintañera, ¡horror de horrores! exclamaría nuestro Nobel, hoy diríamos ¡por los clavos de Cristo! una sesentañera, o mejor aún, una sesentona...............
Supongo que este libro será leído cuando se publique, hacia los primeros años del siglo XXI (...)
La novela Lolita del escritor nacido en Rusia pero nacionalizado estadounidense , Vladímir Navókov, la escribió ya en una etapa madura de su producción y en inglés.
Podemos dividir en dos fases la escritura novelística del autor. La primera en ruso y la segunda en inglés desde 1938. Las nínfulas -ya veremos qué son- más representantivas y logradas de Nabókov se encuentran en Lolita (1955) y Ada o el Ardor (1969).
Lolita, lola,do, son derivaciones de Dolores Haze, una adolescente de 12 años y 7 meses (casi una pre-adolescente) que enamora (sin pretensiones de hacerlo) a Humbert Humbert , un fóraneo hombre maduro , un cuarentón.
La historia de tiempo lineal, a diferencia de la película que adaptó Stanley Kubrick pocos años después de su publicación, la cual inicia con un flashback – aunque esto no resta méritos a la película , más aún si tenemos en cuenta que el guionista fue el propio Nabókov- la novela, repito, como se imaginarán alborotó el cotarro francés en un primer momento (la primera edición se hizo en el país galo en 1955), en EE.UU. y en nuestro contexto, en Argentina, cuando la editorial Sur decide publicarla cuatro años después con la traducción de Enrique Tejedor –quien por motivos de privacidad usó el nombre de Enrique Pezzoni, puesto que en esos tiempos era profesor de un colegio secundario y se le podía acusar de pedófilo , pervertido y veinte cosas más.
[Sue Lyon, que interpreta a Lolita, en ese entonces tenía 13 años, aunque no lo parezca. Aparte de ella aparecen como personajes principales El padrastro (HH), la madre y el amante.]
1) Consideraciones ninfúlicas
Nínfula. Eso era Lolita, una nínfula:
“Entre los límites temporales de los 9 y 14 años, surgen doncellas que revelan a ciertos viajeros embrujados, dos o más veces mayores que ellas, su verdadera naturaleza, no humana sino de ninfas (o sea demoníaca); propongo llamar nínfulas a estas criaturas escogidas”, diría el protagonista, padrastro y pederasta. (El DRAE en su actual edición del Tricentenario ha decidido ¡por fin! incluir la palabra con la acepción de "Muchacha muy joven y seductora". )
Cabe indicar que según la psicología del desarrollo, entre los los 9 y 14 años la mujer atraviesa la pubertad y adolescencia temprana. Pero el ninfulismo (es decir la atracción bruja de aquéllas) ocurre solo en la mente del atraído o del poseído. No olvidemos que toda nínfula necesariamente es púber o adolescente pero de éstas no todas son nínfulas: "El número de las verdaderas nínfulas es harto inferior al de las jovenzuelas provisionalmente feas, o tan sólo agradables, o "simpáticas", o hasta "bonitas" y "atractivas" (...) Hay que ser artista y loco, un ser infinitamente melancólico, con una burbuja de ardiente veneno en las entrañas y una llama de suprema voluptuosidad siempre encendida en su sutil espinazo (...) para reconocer de inmediato, por signos inefables -el diseño ligeralmente felino de un pómulo, la delicadeza de un miembro aterciopelado y otros indicios que la desesperación, la vergüenza y la ternura me prohiben enumerar", diría Humbert el Terrible. El mismo.
Nínfula. Eso es Lolita, una nínfula. Pero, ¿fue Nabókov el creador de esta singular palabra? En absoluto, su creador fue Enrique Tejedor, el traductor.
Nabókov escribió en la edición original nymphet, cuya traducción literal equivaldría a ninfeta, Tejedor podría haber seguido la lógica de los traductores a otras lenguas romances, como: portugués, ninfeta; francés -y alemán-, nymphette; italiano, ninfetta. Es sólo a partir de nínfula que deriva la traducción catalána nímfula. En un capítulo titulado Lolita cumple 30 años, en su libro de ensayos sobre la novela , Vargas Llosa dice refiriéndose a esta exquisito vocablo: “Término que por alguna razón acústica carece de toda la ambigüedad perversa e incitante del neologismo original (...)"
Ciertamente, nínfula es más exquisito que ninfeta; tal como lo expresa la narradora mexicana Ana Clavel:
“Esta adaptación culta no violenta las reglas del castellano al hacerse eco de nuestra lengua latina madre, y goza, además, de aumentar el grado de sonoridad dulce por el uso de una consonante líquida como la "ele" –una suerte de ensoñación fonética que conocía Nabokov(…)”
Tal ensoñación fonética Nabokov lo expresa desde las primeras líneas de la novela:
“Lolita, luz de mi vida, [Lolita, light of my life] fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo.Li.Ta.”
Y ya para acabar, para que no quepa duda ¡Señoras y señores del jurado!
Las creaciones léxicas, derivados de nínfula e incluídos en la novela, son en la versión de Tejedor y el original: Nínfico(a), nymphic; nínfeo, nymphean; ninfulomanía, nympholepsy; ninfulómano, nympholepts; ninfúlica, nymphet (adjetivo); ninfolandia, nymphetland; ninfulidad, nymphancy.
Dejemos, pues, a la ninfúlica familia nabokovniana y pasemos a lo siguiente.
2) Lolita en Latinoamérica:
Cuando la primera edición en español se realizó en la Argentina por la Editorial Sur en 1959, Borges se dijo mientras ojeaba las primeras páginas con Bioy Casares:
“Yo tendría miedo de leer ese libro (…) Ha de hacer mucho mal a un escritor. Uno advierte que es imposible leer de otro modo”.
Meses después sería más enfático: “ No he leído el volumen de Nabokov y no pienso leerlo, ya que la longitud del género novelesco no coincide ni con la oscuridad de mis ojos ni con la brevedad de la vida humana. Son contados los libros –“Las mil y una noches”, diremos, o el “Orlando El Furioso”- de cuya esencia misma es inseparable la longitud (…) las muchas páginas, en general, son promesa de tedio y obra de mera rutina”. Es decir, Borges no leyó Lolita por cuestiones morales sino extramorales. En cierto sentido, el escritor bonaerense nunca leyó Lolita, aunque Nabokov en sus últimos años leyó a Borges, y este a su vez, lo defendió de la censura municipal, al igual que la Sociedad Argentina de Escritores.
Borges era muy exigente con las novelas extensas, de El Quijote nomás decía que Cervantes se había cansado para la segunda parte (recordemos que la primera se publica en 1605 y la segunda en 1615), aunque aseguraba que era normal el cansancio en esos casos.
Nabokov desde que conoció la obra borgiana le tuvo mucha estima, obviamente años después de que publicara lolita. En 1962 declaró sobre su homónimo argentino: “¡Con qué libertad y gratitud se respira en sus laberintos maravillosos! Me gusta la lucidez de su pensamiento, la pureza y la poesía, el espejismo en el espejo.”
Quizá si Borges hubiera leído a Nabokov –porque no lo hizo por falta de estética literaria sino, como hemos dicho, por un prejuicio producto de la experiencia borgeana- hubiera tenido una impresión positiva como la de Mario Vargas Llosa, el cual no consideraba a Lolita como una novela pornográfica, nisiquiera erótica , sino escandalosa:
“Una gran obra literaria admite siempre lecturas antagónicas, es una caja de Pandora donde cada lector descubre sentidos, matices, motivos y hasta historias diferentes. Éste es el caso de Lolita, que ha hechizado a los lectores más superficiales a la vez que seducía con su surtidor de ideas y alusiones y la delicadeza de su factura al ilustrado(…)”
Cuando Vargas Llosa se ocupó brevemente de la polémica novela nabokovniana Lolita, ésta ya era una treintañera, ¡horror de horrores! exclamaría nuestro Nobel, hoy diríamos ¡por los clavos de Cristo! una sesentañera, o mejor aún, una sesentona.
El libro en el cual se ocupa el Nobel peruano sobre la nínfula por antonomasia se titula La verdad de las mentiras.
Del padrastro de lolita, Humbert Humbert, decía que no era un libertino ni un sexual sino un obseso. Comparándola con la producción borgiana, el autor peruano-español decía que su escandalosa obra era de un exquisito refinamiento intelectual y verbal. Aunque la primera edición de Lolita emergió de calderos conscupiscentes –ya que la editorial Olympia publicaba libros sobre todo pornográficos y en menor medida obras maestras eróticas como las de Henry Miller- , a pesar de eso la crítica hoy ubica a Lolita como un clásico de la literatura contemporánea y mundial.
Kubrick – el cineasta- decía que era la gran historia de amor del siglo XX, comparándola solo con Romeo y Julieta de Shakespeare, en esta comparación asoma la cabeza Vargas Llosa quien advierte que la Lolita de Nabokov no es tan niña para el amor si tenemos en cuenta que la Julieta de Shakespeare sólo le aventajaba por un año.
3) Lolita en Teheran:
La profesora universitaria de literatura y de ideas liberales, Azar Nafisi, en 2003 publicó Reading Lolita in Teherán (Leyendo a Lolita en Teherán). Teherán es la capital de Irán, país musulmán.
Había reunido a 7 de sus mejores alumnas con distintas ideologías para compartir lecturas de sendas novelas prohibidas en Irán, entre ellas Lolita. Las originales sólo 2 de ellas la llevaban en el regazo, las demás tenían un pesado fajo de fotocopias, ya que era improbable conseguirlas en las librerías. Esto, a mediados de la década de 1990.
"Era difícil encontrar un libro como Lolita, sobre todo la versión comentada que mis chicas querían", recordaba.
Las 8 lectoras y críticas literarias iraníes no estaban deacuerdo con llamar a Lolita "monstruito", "pervertida" o "superficial", tampoco veían la novela como una gran historia de amor, ni la condenaban por el tema del incesto. Más bien pensaban lo siguiente: "La opinión unánime (me siento orgullosa de decirlo) coincidía con la de Vera Nabokov [la esposa del escritor], que apoyaba a Lolita: "... Ojalá alguien se diera cuenta de la tierna descripción de la indefensión de la niña, de su dependencia patética del monstruo HH (...) Todos se olviden de que Lolita es, fundamentalmente, una niña muy buena (...); de lo contrario, no habría podido enderezar su vida después de haber sido tan horriblemente doblegada , no habría sido capaz de encontrar, con el pobre Dick [con quien termina casándose], una vida decente, más de su agrado que la otra que llevaba""
La autora critica asimismo el matrimonio infantil en Irán, a partir de la lectura de Lolita: " (...) recuérdenlo, señoras y señores del jurado [común expresión de HH] , (...) si esa niña hubiera vivido en la República Islámica, habría estado madura para casarse con hombres de mayor edad que Humbert desde mucho tiempo antes."
Sus alumnas a su vez cuestionan el placer que sienten al leer una novela de contenido tan trágico, como la violación en el caso de Lolita. La tutora después de reflexionar, afirma: "En todas las grandes obras de ficción, independientemente de la cruel realidad que presenten, hay una afirmación de la vida frente a la transitoriedad de esa vida, un desafío esencial (...) La perfección y la belleza de la forma se rebelan contra la fealdad y la miseria del tema (...); por eso leemos Lolita con avidez, mientras nuestro corazón se rompe por la pequeña, vulgar, poética y provocadora heroína huérfana"
Después de que la lectura de Lolita desembocó no en el análisis de los personajes sino en la vida y en la sexualidad de las propias lectoras y mujeres en general. Una de ellas, sorpresivamente, declaró:
"Debemos ser sinceras con nosotras mismas (...) esa es la primera condición. Como mujeres ¿tenemos el mismo derecho que los hombres a disfrutar del sexo? Cuántas de nosotras diríamos que sí, que tenemos ese derecho, tenemos el mismo derecho a disfrutar del sexo, y si nuestros maridos no nos satisfacen, tenemos derecho a buscar satisfacción en otra parte."
MATERIAL COMPLEMENTARIO:
*) Nabokov y el quijote:
Uno de los críticos más enfáticos al genio de Cervantes -a propósito de los 400 años de El Quijote- fue , precisamente, el autor de Lolita. La primera parte del Quijote (de 1605) se habría excedido en violencia física , mientras que la segunda (de 1615), en violencia verbal.
Póstumamente a la muerte de Nabokov, se publicó en español un libro titulado Curso sobre el Quijote, que ya se había publicado antes en italiano, en la cual detalla lo que a su juicio fueron los aciertos y desaciertos de Don Quijote de la Mancha. El capítulo más crítico se titula La crueldad , en la cual y entre otras cosas dice que el Quijote es “una auténtica enciclopedia de la crueldad” y uno de los libros “más bárbaros y desagradables jamás escritos”. Nabokov no entendía el motivo por el cual una novela tan violenta resultó ser, para la crítica y los lectores, tan cómica.
*) El poema de H.H. en canción (INÉDITO)
En el capítulo 25 de la segunda parte de la novela, el protagonista se da cuenta de qué su lolita a huido del hospital y en consecuencia le escribe un poema -cuya traducción al español lamentablemente no permite gozar de todos los juegos de palabras particulares de Nabókov- de 13 estrofas y 4 versos cada una. El compositor ruso, Valera Xrennikov, el año pasado musicalizó el poema, aunque suprimiendo 4 estrofas. Los subtítulos que se han puesto corresponden al traductor argentino ya comentado. (Las imágenes corresponden a la Lolita cinematográfica de 1997)
*) Las ediciones:
Las tapas de las ediciones de Lolita desde su publicación fueron sobrias o moderadamente insinuantes a la figura de Dolores Haze (Lolita), pero a partir del estreno de la película de Kubrick en 1962 se puede observar claramente como la figura de Lolita se realza como una niña-mujer seductora, la cual disgustó mucho a Nabókov, porque Lolita antes de seductora o agrandada era pobre e indefensa.
En Hispanoamérica , las ediciones que tomaron como paradigma a la joven actriz y protagonista de 13 años , Sue Lyon, según el filme fueron los siguientes:
- El círculo de lectores , 1987 (Prólogo de Mario Vargas Llosa)
- Anagrama , 2002
Algunos otros diseños de diversas ediciones mundiales: